Delito contra la administración de justicia

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¿Qué son los delitos contra la Administración de Justicia?

Dentro del marco legal del Código Penal, se contemplan una serie de delitos que atentan contra el correcto funcionamiento de la Justicia. Estos delitos, conocidos como delitos contra la Administración de Justicia, son objeto de análisis en el siguiente apartado.

¿Cuáles son los delitos contra la Administración de Justicia?

El Código Penal establece las siguientes conductas como delitos:

Delito de prevaricación

El delito de prevaricación se encuentra regulado en el artículo 404 del Código Penal y se da cuando un funcionario público o una autoridad dicta una decisión injustificada en un asunto administrativo, sabiendo que es incorrecta. Para que se considere un delito, la persona debe actuar con conocimiento de que su acción es arbitraria e injusta. Aquellos comportamientos menos graves debido a ignorancia, error o negligencia solo conllevan a una sanción disciplinaria.

La pena para quien comete este delito incluye la inhabilitación para ocupar un cargo o empleo público y para ejercer el derecho al sufragio pasivo, con una duración de 9 a 15 años.

Omisión de los deberes de impedir delitos o de promover su persecución

Imagínate esta situación: estás caminando por la calle cuando de repente ves a alguien en peligro. Puede ser que estén siendo atacados, secuestrados o agredidos de alguna forma. ¿Qué harías?

Si tienes la capacidad de intervenir inmediatamente y sin poner en peligro tu propia seguridad o la de terceros, es tu responsabilidad hacerlo. Si no lo haces, estarías cometiendo un delito grave que puede afectar la vida, integridad o salud, libertad o libertad sexual de la persona en peligro.

Pero no solo es tu responsabilidad actuar en el momento, sino también tomar medidas preventivas. Si sabes que un delito de esta naturaleza va a o está sucediendo, y no informas a las autoridades correspondientes, también estarías cometiendo el mismo delito.

En resumen, no actuar para impedir delitos graves que afecten a la vida, integridad o libertad de las personas puede tener consecuencias legales graves, que vienen recogida en el artículo 450 del Código Penal

Delito de encubrimiento

Imagina que te encuentras en una situación complicada: alguien cercano a ti ha cometido un delito y te pide ayuda para encubrirlo. Tal vez quiera que le des una coartada, o que le ayudes a esconder pruebas, o que lo ayudes a escapar del alcance de la justicia. Sabes que esto es moralmente incorrecto, pero también te preocupa las consecuencias si te niegas. ¿Puedes ser acusado de un delito por ayudar a alguien a encubrir su crimen?

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La respuesta es sí, y a esto se le llama encubrimiento. En términos simples, el encubrimiento es ayudar a alguien a cubrir su delito después de que este ya ha sido cometido, sin ser autor o cómplice del mismo. Esto puede incluir acciones como ayudar a los responsables del delito a ocultar pruebas, proporcionar información falsa para protegerlos o ayudarles a escapar del alcance de la justicia.

Sin embargo, hay ciertas excepciones que se aplican a los familiares cercanos del autor o cómplice del delito encubierto. Si eres el cónyuge o la pareja estable de hecho del responsable del delito, o si eres su padre, madre, hijo, hija o hermano/a, ya sea por sangre, adopción o relación afín, no puedes ser acusado de encubrimiento. Esto siempre y cuando tu ayuda no sea con la intención de obtener algún beneficio personal o ayudar a los autores o cómplices a obtener un beneficio del delito.

En resumen, el encubrimiento es un delito que implica ayudar a alguien a cubrir su delito. Aunque hay excepciones para los familiares cercanos del autor o cómplice, así se recoge en los artículos 451 a 454 del Código Penal.

Realización arbitraria del propio derecho

¿Alguna vez has tenido una disputa con alguien por una propiedad o un derecho? Puede que hayas sentido la tentación de tomar la situación en tus propias manos, sin pasar por los canales legales establecidos. Sin embargo, hacerlo puede meterte en serios problemas, y es exactamente lo que se conoce como el delito de realización arbitraria del propio derecho.

Este delito se refiere a la acción de usar la fuerza, la intimidación o la violencia en las cosas para hacer valer un derecho propio sin seguir los procedimientos legales apropiados. Por ejemplo, si estás en una disputa por la propiedad de un terreno y decides tomar el asunto en tus propias manos, usando la fuerza para expulsar a la otra parte, estarías cometiendo este delito, que viene recogido en el artículo 455 del Código Penal

Acusación y denuncia falsas y simulación de delitos

El delito de acusación y denuncia falsa es un acto malicioso que consiste en imputar un delito a una persona concreta ante un funcionario judicial o administrativo, sabiendo que la acusación es falsa o sin importar si es verdadera o no. En otras palabras, es una mentira que tiene como objetivo llevar a alguien ante la justicia y causarle un perjuicio.

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Asimismo, existe el delito de simulación de delito, que consiste en fingir ser víctima o responsable de un delito, o denunciar uno que nunca ocurrió. El objetivo de esta acción es engañar a la justicia para iniciar un proceso legal y obtener algún beneficio personal. Dicho delito está recogido en los artículos 456 y 457 del Código Penal.

El problema con estos delitos es que no solo causan daño a las personas que son falsamente acusadas o víctimas de una simulación, sino que también desperdician recursos y tiempo del sistema judicial. Además, desacreditan la confianza en la justicia y erosionan la integridad del sistema.

Obstrucción a la Justicia y deslealtad profesional 

En el sistema judicial, existen ciertos comportamientos que son considerados delitos, incluso si no involucran la comisión de un crimen en sí mismo. Uno de estos delitos es la obstrucción a la justicia (artículos 463 a 467 del Código Penal), que puede tomar varias formas.

Una de las formas en que se puede cometer este delito es al no comparecer en una causa penal a la que se ha sido citado legalmente, sin una razón justificada. Otra forma es mediante la utilización de la violencia o la intimidación para influir en una de las partes implicadas en el proceso, ya sea el denunciante, imputado, abogado, procurador, perito, intérprete o testigo, con el fin de cambiar su actuación procesal.

Además, si alguien atenta contra la vida, integridad, libertad, libertad sexual o bienes de cualquiera de las personas mencionadas anteriormente, como represalia por su actuación en un proceso judicial, también estaría cometiendo el delito de obstrucción a la justicia.

Otro delito relacionado es la deslealtad profesional, que puede ser cometido por abogados o procuradores. Esto ocurre cuando alguien abusa de su posición y destruye, inutiliza u oculta documentos o actuaciones judiciales que ha recibido durante su ejercicio profesional.

También se considera deslealtad profesional cuando se revelan actuaciones procesales que han sido declaradas en secreto por la autoridad judicial, ya sea por parte de un juez, miembro del tribunal, representante del ministerio fiscal, secretario judicial o cualquier funcionario de la administración de justicia. Incluso un particular puede cometer este delito.

Otras acciones que se consideran desleales en el ejercicio de la abogacía incluyen defender en un mismo asunto a una persona con intereses contrarios a otra que ha asesorado, defendido o representado anteriormente sin su consentimiento, así como perjudicar manifiestamente los intereses que le han sido encomendados por acción u omisión. Es importante tener en cuenta que incluso la imprudencia grave puede ser considerada deslealtad profesional.

Quebrantamiento de condena

En el sistema judicial, existen ciertos comportamientos que son considerados delitos, incluso si no involucran la comisión de un crimen en sí mismo. Uno de estos delitos es la obstrucción a la justicia, que puede tomar varias formas.

Una de las formas en que se puede cometer este delito es al no comparecer en una causa penal a la que se ha sido citado legalmente, sin una razón justificada. Otra forma es mediante la utilización de la violencia o la intimidación para influir en una de las partes implicadas en el proceso, ya sea el denunciante, imputado, abogado, procurador, perito, intérprete o testigo, con el fin de cambiar su actuación procesal.

Además, si alguien atenta contra la vida, integridad, libertad, libertad sexual o bienes de cualquiera de las personas mencionadas anteriormente, como represalia por su actuación en un proceso judicial, también estaría cometiendo el delito de obstrucción a la justicia.

Otro delito relacionado con la práctica legal es la deslealtad profesional, que puede ser cometido por abogados o procuradores. Esto ocurre cuando alguien abusa de su posición y destruye, inutiliza u oculta documentos o actuaciones judiciales que ha recibido durante su ejercicio profesional.

También se considera deslealtad profesional cuando se revelan actuaciones procesales que han sido declaradas en secreto por la autoridad judicial, ya sea por parte de un juez, miembro del tribunal, representante del ministerio fiscal, secretario judicial o cualquier funcionario de la administración de justicia. Incluso un particular puede cometer este delito.

Otras acciones que se consideran desleales en el ejercicio de la abogacía incluyen defender en un mismo asunto a una persona con intereses contrarios a otra que ha asesorado, defendido o representado anteriormente sin su consentimiento, así como perjudicar manifiestamente los intereses que le han sido encomendados por acción u omisión. Es importante tener en cuenta que incluso la imprudencia grave puede ser considerada deslealtad profesional.

En Nieto Martínez Abogados nos encargamos de tu representación en Juzgados y Tribunales por delitos contra la administración de Justicia. Somos especialistas en procedimientos penales, garantizamos a nuestros clientes un estudio amplio y concienzudo de su causa, para conseguir el mejor resultado.

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